Cuando la lluvia te queme la cara, cuando los mares cubran tu ciudad, cuando el sol al brillar calcine tu carne muy tarde será. Grandes son los países los que torturan las cordilleras, grandes los presidentes que con sus bombas matan el mar. Creen que el viento les pertenece y se enriquecen al contaminar. Tu avaricia asesina al planeta y tu codicia destruye tu hogar. Ve y depreda la naturaleza y tú y los tuyos con ella se irán. Cuando no quede más hielo en los polos y el Amazonas sea un desierto más, ya no habrá animal que calme tu hambre o tu frío jamás. Viles corporaciones rompen la piel de los continentes. Hombres con maquinarias roban la sangre del litoral. Fuegos que queman el firmamento y manchan su aliento con odio y maldad. Tu avaricia asesina al planeta y tu codicia destruye tu hogar. Ve y depreda la naturaleza y tú y los tuyos con ella se irán. Grandes son los países que hacen dinero yendo a la guerra… Antes que sea muy tarde ya… Grandes son los países que hacen riqueza con tu miseria… Antes que sea muy tarde ya… Tu avaricia asesina al planeta y tu codicia destruye tu hogar. Ve y depreda la naturaleza y tú y los tuyos con ella se irán. Tu avaricia asesina al planeta y tu codicia destruye tu hogar. Ve y depreda la naturaleza y tú y los tuyos perecerán.

Prestadme atención, no tengáis temor, deseo esta oportunidad. Os voy a narrar, de tiempo atrás, un cuento de La Oscuridad. Eran otros tiempos, oscuros e inciertos, manchados de perversidad. Los miedos que acechan al hombre ocultaban su nombre y su identidad. Cuando caía la noche no había reproche por buscar cobijo en el abrazo en que una belleza esclaviza siempre el corazón. Han pasado ya tantos años que fui con engaños presa del placer. No existe algo más peligroso que el sublime gozo de una mujer. Escúchame, este relato es fiel a la verdad de mi padecer. Recordar, es como si fuera tan solo ayer, al anochecer. Rizados cabellos, tan largos y negros, cual velo de seda mortal. Dos piedras preciosas, los ojos de diosa, que miran con sensualidad. Su aroma y cadencia, su extraña presencia es casi sobrenatural. Sus labios me invitan, mi sangre palpita al ritmo de su caminar. Con su mirar me seduce y su voz me conduce por tristes lamentos. Ahora me encuentro perdido, estoy sumergido en su ardiente pasión. Sus besos y suaves caricias, con dulce malicia, me causan sopor. Me nublan la mente, me siento impotente y caigo en desesperación. ¡No! ¡Dolor! Sus besos me arden, me abren la carne, me roban la vida con una mordida fatal, es tan irreal. ¡No! ¡Terror! Sus fauces se aferran, desgarran mis venas, devoran mi sangre saciando su hambre infernal, es una inmortal. Abro los ojos, estoy mareado, veo borroso y sigo aterrado. ¿Es que el destino ha echado mi suerte, aquí tendido, herido de muerte? Pasa mi vida ante mis ojos, cada recuerdo viste de rojo. Y de repente en mi sorpresa, oigo susurros en mi cabeza. “Has de elegir morir inocente, o puedes ser joven eternamente, libre del tiempo y enfermedades, y caminar por muchas edades, con los poderes de las tinieblas, la única luz será de las velas, solo la sangre de los mortales, será la cura a todos los males.” Corta su piel, que ofrece a mi boca. “Bebe mi sangre, magia que brota.” Es un elixir, agua de vida. “La panacea, fruta prohibida.” Oigo sonidos como campanas. “Viejas visiones de eras paganas.” Todo me duele, falta el aliento. “Pequeña muerte, dulce tormento.” Este dolor me está retorciendo. “Solo es tu cuerpo que está muriendo.” Siento que el mundo está cambiando. “Tu corazón está agonizando.” Quedo inmóvil, como pasmado, “Bello cadáver petrificado.” Al fin mi boca emite un suspiro. “Se terminó, ya eres vampiro.” La luna me hechiza y su luz me bautiza como un nuevo engendro del mal. La sangre más pura, la dádiva oscura, legado de la antigüedad. Me han heredado mil seiscientos años de sabiduría ancestral. Gran fuerza y destreza, temible belleza por toda la eternidad. Soy más veloz que la vista, no hay quien se resista a mis encantamientos. Leo la mente, domino a la gente, hipnotizo con solo mirar. Oídos de lobo se enteran de todo al otro lado de la ciudad. La sangre me llama, el cuerpo reclama y debo salir a cazar. Adiós al sol. La noche es mi hermana, sagrada y profana. Las sombras me cubren menguando la lúgubre luz, el día es mi cruz. La Oscuridad no aplaca la pena, es una condena, es como el encierro el triste destierro total de la humanidad. El tiempo pasó, la herida sanó, no he vuelto a sentir soledad. Con muchas penurias son ocho centurias las que yo he visto pasar. El mundo ha cambiado, quedó en el pasado la vida de un simple mortal. Los años me han dado poder en tal grado que nada me puede matar. He conocido la tierra y lo que más me aterra es el propio exilio. Busco compartir mi pena con todo el que quiera escuchar mi canción… Si quieres saber de aquella mujer que hizo de mi un inmortal. Es mi compañera que impaciente espera para poderte asesinar.

El camino del guerrero es puro y verdadero. Las virtudes marcan las huellas en su sendero. Su fuerza no viene de la espada o del cañón, sino de lo más profundo de su corazón. El miedo es el rival, el arma es la voluntad. Luchar hasta el final, rendirse nunca jamás. Justicia y compasión, sinceridad y valor, respeto y lealtad, por sobre todo el honor. Cuando la oscuridad prevalezca, solo la luz interior, guiará el camino a la cuesta. El débil se perderá, el fruto se podrirá. La batalla más difícil es con uno mismo. El poder sin disciplina es solo un espejismo. La victoria no es la meta, el fin o la razón, porque el objetivo es alcanzar la perfección. Constancia y convicción, más el esfuerzo total. vencer la tentación, retroceder nunca más. Justicia y compasión, sinceridad y valor, respeto y lealtad, muerte antes que el deshonor. En verdad no hay que ser muy valiente, solo saber entender, que se lucha por lo que se siente. Es elegir de verdad. auténtica libertad. Llegará hasta el cielo el arbusto de fuertes raíces, y alcanzar las estrellas depende tan solo de tu voluntad.

Yo, soy el hambre que viene a azotar a los niños de la humanidad. La locura del hombre voraz que sus hijos ha de devorar. La escasez y miseria total a la tierra la van a secar, porque al árbol lograron matar de tanto sus frutos cosechar. Yo, soy la peste y voy a contagiar a los débiles yo he de acechar. Propagando toda enfermedad y las plagas que han de infectar, guerra química y biológica, radiación en escala mortal. Esparciendo contaminación suciedad de la putrefacción. El final de los tiempos, el juicio final. Cataclismo, hecatombe total. No quedará más que un triste lugar, donde otra vez volverás a empezar, sin mirar hacia atrás… Yo, soy la guerra y vengo a sembrar el terror, el odio y la crueldad. La discordia entre jefes del mal inocentes la van a pagar. Destrucción y actos de atrocidad, la masacre por un ideal. El soldado dispuesto a matar a su hermano con tal de ganar. Yo, soy la muerte y vengo a robar el aliento de vida al pasar. El verdugo que ejecutará a las almas hacia el más allá. Soy el fin de la felicidad, soy esencia de calamidad. En el filo de la oscuridad conmigo todos han de bailar. El final de los tiempos, el juicio final. Cataclismo, hecatombe total. No quedará más que un triste lugar, donde otra vez volverás a empezar, sin mirar hacia atrás…nunca más. Llegará el final de los tiempos, el juicio final. Cataclismo, hecatombe total. No quedará más que un triste lugar, donde otra vez volverás a empezar, sin mirar hacia atrás, jamás, nunca más, nunca más, ¡no!

Al salir la luz del sol será el tiempo del adiós, debo irme a luchar por ganar tú libertad. Ya no llores más por mi pues soy soldado y debo ir a pelear por defender nuestro nuevo amanecer. Solo pido que me esperes, volveré por ti. Juro que volveré. Lo juro, regresaré. Por siempre recuérdame y siempre espérame. Debo despedirme ya y afrontar la adversidad. Soy quien debe combatir para honrar a mi país. Quisiera volverte a ver, aunque pueda no volver. Todo tiene su final, es el ciclo natural. Solo pido que me esperes, volveré por ti. Juro que volveré. Lo juro, regresaré. Por siempre recuérdame y siempre espérame. Tengo deberes sagrados que cumplir, y los cumpliré hasta quemar el último cartucho!! ¡Carga…!

¿Qué nos pasó? Muy lento fuimos cayendo a una prisión de mentiras y mil lamentos. Ladrones invadieron empleos en el gobierno y fueron meciéndonos camino hacia el invierno. El frío quemó la piel y el hambre dolió en la panza. El pueblo luchaba fiel colgando de una esperanza. La corrupción, los robos y el mal manejo, a una nación, con tiempo, la van pudriendo. Políticos sin vergüenza se roban lo que tu siembras, por leyes y por la fuerza te hunden en la pobreza. ¿A dónde nos llevarán los líderes delincuentes? ¿Qué injusticia sufrirán millones de inocentes? La población, expuesta al delito y crimen del malhechor, impune terror que oprime. Reemplazan la educación, por falso entretenimiento. En prensa y televisión, se ofrece embrutecimiento. El pueblo elegirá, cegado por la ignorancia. Las mafias gobernarán, borregos en la matanza. ¿Dónde fueron los verdaderos padres de nuestro país? Solo quedan los pillos que asesinan la fe en el porvenir. ¿Dónde están los recursos naturales que ofrece nuestra tierra? Por lo bajo los venden para así, llenarse las billeteras. ¿Cuántos pobres se necesitan para engordar a un mandatario? ¿Y cuántos legisladores para poner al pueblo en un calvario? ¿Cuándo conoceremos a un gobierno que cuide nuestra patria? ¿Cuándo mereceremos a un gobierno que no nos dé la espalda? ¿Es qué nadie escuchará el llanto de nuestro pueblo? ¿Es qué nadie escuchará el llanto de nuestro pueblo?

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma… ¡Yo no sé! Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte. Son las caídas hondas de los Cristos del alma de alguna fe adorable que el Destino blasfema. Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema. Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada. Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé! (Cesar Vallejo, 1918)

Recuerdos de tu vida se van con el ayer, dejaste a la deriva sueños de algún querer, es profunda la herida que deja el perder. Pedazos de tu historia cuelgan de la pared, pasado ya sin gloria, memorias del primer delirio y euforia, tras el anochecer. Caricias escondidas hasta el amanecer, promesas ya perdidas que ya no volverán, que ya no volverán. No hubo desengaño, yo nunca te mentí. Se fueron por el caño los besos que te di. Tu amor me hizo daño cuando yo te perdí. Espero tu regreso, que sé que no tendré. Aunque tu estés muy lejos siempre recordaré tu sonrisa y tus besos, jamás te olvidaré. Caricias escondidas hasta el amanecer, promesas ya perdidas que ya no volverán, que ya no volverán, que ya no volverán… Volverán… Volverán… Volverán… …Nunca…

Cuenta, una historia que existía un lugar llamado Tierra, donde al parecer habitaban seres que hacían guerras, para destruir lo que el tiempo demoró tanto en parir, solo para almacenar más riquezas de las que podían gastar. Dicen, que en ese lugar esos seres aprendieron a matar todo a su alrededor, castigando siempre al mucho menor, para hacerlo trabajar como esclavo de la gran ociosidad, y ser dueños de lo que muchas manos muertas dejaban caer. Solo queda en la memoria como una tragedia más. Aquel mundo lleno de dolor, solo queda recordar. Odio y discriminación dieron paso a la sangrienta invasión. Oro y ansias de poder fueron causa de un horrendo padecer. Todo con la bendición de una iglesia que vendía el perdón, siempre al mejor postor, y robaba el fruto del trabajador. Solo queda en la memoria como una tragedia más. Aquel mundo lleno de dolor, solo queda recordar. Ciencia y civilización reemplazaron la moral y el honor, solo para descubrir que su mundo se iba pronto a destruir. Cuando vieron el final nada hicieron por tratarlo de enmendar. Fueron víctimas del cruel egoísmo y avaricia de su ser. Solo queda en la memoria como una tragedia más. Aquel mundo lleno de dolor, solo queda recordar, aprender y enseñar, no volverse a equivocar.

Hoy me despierto y recuerdo el amanecer de aquel día en que yo de mi casa partí, para ir más allá de las costas del mar, hacia un nuevo destino en otro lugar. Pero ha pasado el tiempo y debo volver a la tierra sagrada que me vio nacer, a las aguas que narran los cuentos de ayer y al camino que lleva al recuerdo. Vuelvo a mi casa, tengo ansias de volverte a ver. Vuelvo a tu lado, para no volver a partir jamás, jamás. Nunca más, no, jamás. Es muy difícil la espera para regresar al hogar donde todos los miedos se van y poder levantar la mirada hacia el cielo y saber que aquí quiero permanecer. Pero ha pasado el tiempo y debo volver a la sombra del árbol que me vio crecer, a los brazos que tanto esperan de pie y a los ojos que sueñan con verme. Vuelvo a mi casa, tengo ansias de volverte a ver. Vuelvo a tu lado, para no volver a partir jamás, jamás. Nunca más, no, jamás. Vuelvo a mi casa, tengo ansias de volverte a ver. Vuelvo a tu lado, para no volver a partir jamás. Vuelvo a mi casa, tengo ansias de volverte a ver. Vuelvo a tu lado, para no volver a partir jamás, jamás. Nunca más, no, jamás.