Cuenta, una historia que existía un lugar llamado Tierra,
donde al parecer habitaban seres que hacían guerras,
para destruir lo que el tiempo demoró tanto en parir,
solo para almacenar más riquezas de las que podían gastar.
Dicen, que en ese lugar esos seres aprendieron a matar
todo a su alrededor, castigando siempre al mucho menor,
para hacerlo trabajar como esclavo de la gran ociosidad,
y ser dueños de lo que muchas manos muertas dejaban caer.
Solo queda en la memoria como una tragedia más.
Aquel mundo lleno de dolor, solo queda recordar.
Odio y discriminación dieron paso a la sangrienta invasión.
Oro y ansias de poder fueron causa de un horrendo padecer.
Todo con la bendición de una iglesia que vendía el perdón,
siempre al mejor postor, y robaba el fruto del trabajador.
Solo queda en la memoria como una tragedia más.
Aquel mundo lleno de dolor, solo queda recordar.
Ciencia y civilización reemplazaron la moral y el honor,
solo para descubrir que su mundo se iba pronto a destruir.
Cuando vieron el final nada hicieron por tratarlo de enmendar.
Fueron víctimas del cruel egoísmo y avaricia de su ser.
Solo queda en la memoria como una tragedia más.
Aquel mundo lleno de dolor, solo queda recordar,
aprender y enseñar, no volverse a equivocar.